Según las leyendas, todas esta ciudades existieron pero, salvo en contadas ocasiones, no se han podido descubrir restos arquitectónicos que conviertan en realidad, lo que hoy son simplemente historias.
Un claro ejemplo es, Troya. Durante mucho tiempo, se creyó que la ciudad de Troya nunca había existido más allá de las obras clásicas como La Ilíada. Pero unas excavaciones iniciadas al noroeste de Turquía en 1871 desenterraron unos restos arqueológicos que los expertos han adjudicado a dicha ciudad. Desde entonces se han descubierto en ese lugar las ruinas de lo que parecen ser nueve ciudades diferentes, unas construidas sobre las otras.
La Atlántida, es otra de estas ciudades. Es una isla legendaria que se supone fue tragada por el mar. Mencionada por Platón en algunos de sus textos, dicha civilización fue víctima de un gran desastre natural como un diluvio o un terremoto. Platón la situaba frente a las Columnas de Hércules, nombre que siempre ha sido asociado al estrecho de Gibraltar.
Otra des ellas es Kitezh. Dice la leyenda que esta ciudad legendaria es invisible y que solo los puros de corazón y alma pueden encontrar el camino que les lleve a Kitezh. Algunos incluso van más allá y afirman que en ocasiones se puede escuchar el repique de sus campanas y a los habitantes de la ciudad cantar bajo el agua del Lago Svetloyar, donde se supone reposan los restos de esta supuesta ciudad rusa.
Una de las que me llaman más la atención a parte de Kitezh, es Agartha. La ciudad perdida de Agartha. La leyenda nos habla de una ciudad al más puro estilo ciencia ficción, enterrada a varios metros bajo el suelo y que contaría con numerosas galerías subterráneas que se extenderían por toda Asia y otras partes del mundo. Es más, se dice que su capital, Shambala, estaría ubicada bajo las arenas del desierto de Gobi. Las diferentes teorías también especifican que en Agartha no existe el mal ni el crimen y que estaría gobernada por el rey del Mundo.
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